domingo, 22 de abril de 2018

EMIL OTTO HOPPÉ

Autorretrato, 1910 ©2012 Curatorial Assistance, Inc./E.O. Hoppé Estate Collection


Emil Otto Hoppé fue un fotógrafo británico de origen alemán (nacido el 14 de abril de 1878 en Múnich y fallecido el 9 de diciembre de 1972 en Londres) que realizó fotografía de retrato, viajes y callejera entre 1907 y 1945. Es considerado una figura esencial en la fotografía modernista de la era eduardiana, habiendo pasado a la historia por ser el fotógrafo de las celebridades intelectuales y artísticas, sin olvidar todos aquellos tipos de la calle que por alguna causa llamaban su atención. Además fue el responsable de que el concepto de belleza femenina no siguiera exclusivamente ligado a la mujer blanca.






Hijo único de un prominente banquero de Múnich fue educado en las mejores escuelas de Múnich, París y Viena. Estuvo aprendiendo el oficio en bancos alemanes durante 10 años, antes de aceptar un trabajo en la Shanghai Banking Corporation, pero nunca llegó a China. En su escala en Inglaterra se encontró con un amigo de estudios y se casó con su hermana Marion Bliersbach, permaneciendo en Londres y trabajando en el Deutsche Bank, aunque cada vez más enamorado de la fotografía, hasta que dejó su carrera en la banca y abrió un estudio de retrato, consiguiendo en pocos años ser el líder indiscutible del retrato pictorialista en Europa.
Su amigo George Bernard Shaw, le introdujo en el mundo artístico y le facilitó el acceso a los intelectuales más notables. Al tiempo, su fama entre el público era tal, que pocos personajes prominentes de la época, ya sea en el campo de la política, arte, literatura y teatro no posaron para él. Retrató entre otros muchos a Arthur Conan Doyle, Rabindranath Tagore, Albert Einstein, Benito Mussolini, el rey Jorge VI, Ezra Pound, …
Pero no solo estuvo pendiente de los famosos. La gente de la calle, bares y otros locales públicos también le interesaban. Para evitar suspicacias, se adentraba en los locales con su pequeña cámara envuelta en papel de estraza y con el objetivo estratégicamente colocado y oculto, y así pudo capturar a amigos charlando, parejas de posibles amantes, vendedoras de flores, viajeros en el autobús con rostros agotados…
También fotografió toda suerte de escenarios en el continente africano y en países tan diversos como Cuba, Jamaica, Polonia y Japón.





Siendo uno de los más importantes artistas de su época, en 1954 vendió su archivo a la Mansell Collection de Londres, que incluía millones de fotografías y que estaba organizada por temas y no por autor, con lo que su obra comenzó a desaparecer de la historia de la fotografía, permaneciendo unos 30 años en el anonimato, hasta que la colección fue adquirida por nuevos propietarios americanos.
En 1994 el comisario Graham Howe recuperó las fotografías de Hoppé de esta colección y las reunió con el archivo fotográfico de la familia Hoppé y documentos biográficos, reconstituyendo la colección completa de E.O. Hoppé por primera vez desde 1954. Después de varios años de catalogación, conservación e investigación, la extraordinaria obra de Hoppé puede ser vista actualmente de nuevo.






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