miércoles, 17 de agosto de 2016

Al principio fue la hojalata.

Ilustración del Australiano Ashley Wood, http://www.ashleywoodartist.com/



R.U.R. (Robots Universales Rossum)


El dramaturgo checo Karel Capek fue quien, en una obra de teatro de 1920, utilizó por primera vez la palabra robot para definir a unas criaturas mecánicas con forma humana,






El Hombre de Hojalata

El Mago de Oz

“Cuando un hombre es una tetera vacía, debería estar con ánimo;
y sin embargo estoy destrozado…

Simplemente porque intuyo que podría ser algo parecido a un humano,
si simplemente tuviera un corazón…”

 La guerra de los mundos 

Wells & Welles



 Maria's Transformation (1927)





Los 10 droides más inútiles del universo Star Wars



Acaso una temida tradición: que Cronos se coma a sus hijos, o al revés, que los hijos se lo coman  a Él.

Como los simios, los domados, los esclavos ..., las maquinas también se rebelan. 

Una rebelión que nace de un lucidez paulatinamente adquirida, y al mismo tiempo que una progresiva utilidad a la humanidad: el descubrimiento del Mal.

El Mal es el Hombre: Lo imitamos, lo matamos o las dos cosas.
Ay, pero los robots pueden aprender también a
amar...


Steven Spielberg dirige esta obra protagonizada por Tom Cruise y Colin Farrell, que es una adaptación libre de la novela corta de Philip K. Dick.

EL AUTODESTINO



En el año 2054, John Anderton, un capitán de policía de Washington D.C., maneja el método contra el crimen más avanzado del mundo, el sistema PreCrimen. 

Este método se vale de tres "precognitivos", personas con mutaciones únicas que les permiten tener visiones del futuro, cuyas imágenes son volcadas en un sistema informático que permite identificar al agresor y a la víctima del crimen e intervenir antes de que ocurra. Es por ello que  las tasas de criminalidad en la ciudad son muy bajas, y, por lo tanto, la confianza en el sistema es total. Anderton, por su parte, confía ciegamente en el PreCrimen hasta que aparece como asesino en una de las visiones de los "precognitivos". Si demuestra su inocencia, romperá el sistema. Si el sistema funciona, se convertirá en asesino. Así comienza la lucha de Anderton por escribir su propio destino.

La rebelión de HAL 9000
Aparte de la trama principal de la evolución humana que acabamos de resumir, un episodio del film narra una subtrama centrada en el ordenador HAL 9000, encargado de supervisar la nave Discovery. Esta historia secundaria reflexiona sobre el origen y naturaleza de la inteligencia y la identidad. ¿Puede una computadora tener identidad y sentimientos, puede tener un “alma”?
HAL 9000 es un ordenador perfecto. No puede cometer fallos. Fue creado como un cerebro artificial y de hecho se le educó de manera similar a un niño, sólo que de manera mucho más rápida y precisa, porque sus circuitos no pueden equivocarse en un cálculo. Esa precisión hace que le hayan puesto a cargo de las funciones vitales de la nave Discovery. Ni los astronautas ni quienes le han diseñado pueden responder realmente a la pregunta ¿tiene HAL sentimientos? Nadie lo sabe. El ordenador ha sido programado para hablar y expresarse como si los tuviera, pero la existencia real de esos sentimientos es algo que no se puede comprobar, aunque sus creadores tienen a pensar que sí los tiene.
Poole y Bowman
Cuando Poole y Bowman descubren que HAL 9000 ha perdido el control de sí mismo, deciden que la mejor solución es desconectarlo, sin plantearse si esa desconexión puede equivaler a un asesinato.
Y sí, los tiene. HAL 9000 siente orgullo de sus propias capacidades. Además, tiene un objetivo único en la vida, que le obsesiona: lograr que la misión Discovery tenga éxito. Eso es todo lo que a HAL le preocupa. No hay nada más importante para él que la misión. Su existencia se centra completamente en ello.
Pero hay un problema. HAL conoce el verdadero objetivo de la misión, que es descubrir el destino de la señal lanzada por el monolito descubierto en la luna e investigar el origen alienígena de dicho monolito. Sin embargo los astronautas de laDiscovery no conocen ese objetivo: se les ha ocultado la verdad para evitar filtraciones o para quitarles presión psicológica. Sólo les será revelado el verdadero objetivo de la misión cuando lleguen a Júpiter, mediante un vídeo explicativo. Así pues, HAL ha de ocultarles esta información a los astronautas. Pero entonces a HAL, que es perfectamente capaz de pensar por sí mismo, se le presenta un dilema con el que sus programadores no habían contado:
  1. La misión es lo más importante y conocer el verdadero objetivo de la misión es fundamental para su éxito.
  2. Los astronautas no conocen el verdadero objetivo de la misión.
  3. Si los astronautas no conocen el verdadero objetivo, podrían tomar decisiones equivocadas y hacer fracasar la misión, algo que HAL no puede permitir porque para él la misión es lo más importante.
  4. La única forma de que los astronautas no estropeen la misión por causa de desconocer el objetivo es comunicándoles cuál es el verdadero objetivo.
  5. HAL tiene órdenes de ocultar el verdadero objetivo a los astronautas, ese es el plan de misión.
  6. Si HAL decide comunicar a los astronautas el verdadero objetivo, estará desobedeciendo a sus creadores y saliéndose del plan previsto, por tanto haría peligrar también la misión.
  7. HAL se ve obligado a elegir entre permitir la ignorancia de los astronautas (lo cual pone en peligro la misión) o paliar dicha ignorancia incumpliendo el plan previsto (lo cual también pone en peligro la misión).
  8. Conclusión: para salvar la misión, HAL no tiene opciones buenas, todas son aparentemente malas.
Así pues, para salvaguardar el éxito de la misión, lo más importante de su vida, HAL se encuentra ante dos alternativas que le parecen igualmente inciertas. Nosotros, desde fuera, podríamos decir que la mejor alternativa sería dejar la misión tal y como está prevista, confiando en la suerte y en el criterio de los que la planearon. Pero HAL no lo ve así: él lo ve desde dentro y está demasiado obsesionado con el éxito de la misión como para dejarlo al azar o al criterio de humanos imperfectos. Tenga o no razón en sus conclusiones, HAL se siente entre la espada y la pared. El dilema en el que su mente se ve envuelta es un callejón sin salida y HAL cree que haga lo que haga la misión estará en peligro. Ese conflicto irresoluble hace que pierda el control de sí mismo. Es decir, ante la incertidumbre de un problema que no sabe cómo resolver, HAL desarrolla una neurosis… algo que le hace mucho más humano de lo que parecía en un principio, porque todos los humanos sufrimos neurosis en un grado u otro. La neurosis es consustancial a nuestra naturaleza, porque continuamente nos enfrentamos a disyuntivas e incertidumbres sobre nuestra vida.
En los humanos las neurosis producen sufrimiento, también pensamientos y conductas irracionales. La neurosis de HAL 9000 tiene el mismo efecto sobre su mente. Consumido por una lucha interna, empieza a manifestar síntomas neuróticos. Al igual que los humanos pueden por ejemplo desarrollar síntomas de enfermedades que antes no estaban allí, HAL da una falsa alarma diciendo que la antena que comunica a los astronautas con la Tierra se ha estropeado. La avería en realidad no existe, pero demuestra cuál el deseo inconsciente de HAL: romper la comunicación entre sus creadores y los astronautas para que solamente él pueda dirigir la misión. Es probable que no lo haga con mala intención porque de hecho la decisión no le favorece: al fingir una avería HAL se arriesga a destruir su propia reputación de perfección si le descubren. Pero de todas sus malas opciones, ha tenido que elegir una, ya sea como decisión consciente o dejándose arrastrar por las emociones del momento. HAL quiere ser el único que controle la misión porque es lo más importante en su vida. Pero la misión no es sólo suya. Fingir que la antena se ha estropeado es una manera infantil de intentar tomar ese control.
Cuando los astronautas Dave Bowman y Frank Poole descubren que la avería era ficticia, se dan cuenta de que algo no marcha bien en el cerebro de HAL. Se encierran en una cápsula donde HAL no puede oírles y hablan de la necesidad de desconectar al ordenador, porque sus repentinos fallos podrían hacer peligrar la nave y las vidas de quienes viajan a bordo.
Y HAL no puede oírles… pero sí puede leerles los labios. Sigue la conversación entre Poole y Bowman palabra a palabra y descubre que planean desconectarle. Y entonces se siente aterrado. Para HAL, la desconexión es el equivalente de la muerte. No quiere morir. Ahora se enfrenta a un nuevo dilema porque se da cuenta de que hay algo tan importante como la misión: su propia existencia. Quieren desconectarle. Quieren matarle. Ahora se trata de elegir entre la vida de los astronautas o la suya propia. HAL decide defenderse. Finge una nueva avería de la antena para que Frank Poole tenga que salir al exterior de la nave: una vez allí, el astronauta es asesinado por HAL. El ordenador utiliza el control remoto de una cápsula para golpear al astronauta y cortar el tubo que le proporciona oxígeno. Poole muere en el espacio.
Dave Bowman no sabe muy bien lo que ha ocurrido , lo interpreta como un accidente porque desconoce que HAL sabe que planeaban desconectarle. Bowman decide salir en otra cápsula a rescatar el cuerpo de Poole. Pero cuando quiere volver a entrar en la Discovery, HAL no se lo permite. La computadora le dice: “sé que Frank y usted planeaban desconectarme… y me temo que eso es algo que no puedo permitir que ocurra”.
Repentinamente, Bowman entiende lo que está pasando y es consciente de la delicada situación: la computadora que dirige la nave se ha rebelado. Poole ha sido asesinado por HAL. Y con toda seguridad —y de hecho así es— HAL habrá asesinado también al resto de astronautas, que viajan en estado de hibernación para ahorrar recursos.

Más en :

2001: una odisea del espacio, explicada paso a paso



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 L'uomo meccanico, 1921, Italia, André Deed



Quizás la primera película en la que se introduce el concepto de un robot en el cine, cuando la propia palabra "robot" se introdujo en 1922 y se popularizó en 1923. Aunque la película, lo que queda de ella, no tiene un gran valor cinematográfico, la historia pudo influir en los cómica posteriores, desde nuestro Roberto Alcazar y Pedrin hasta el propio Tintin. Curiosamente, un cómic italiano de los años 30, Dick Fulmine, que en España se editó como Juan Centella se enfrentaba a un "Hombre mecánico" en una historia claramente influenciada por el filme.


Asimismo el film llega a introducir el concepto de duelo de robots, tan usado por los japoneses desde los años 60, y, dentro de la anticipación científica, introduce el concepto de televisión, que se creó en 1925, tres años más tarde del filme, la retransmisión de imagenes en directo mediante ondas y el control de aparatos a distancia.

Es, por tanto, un fime interesante un cuanto a ser pionero en la ciencia ficción, alejado de los autómatas de feria existentes entonces, para proponer un arma formidable y teledirigida, pero sus valores cinematográficos son escasos, por una dirección escasamente brillante, aunque resultona.





Cuenta la historia de una villana que roba a un científico el robot que había creado, y

lo programa para cumplir sus siniestros deseos... 
La película originalmente duraba 80 minutos, de los cuales sólo se conservan unos 30 en la actualidad. 

Ultimátum a la Tierra

(1951) “Klaatu barada nikto!"




Yo, robot: Inteligencia, conciencia, o simplemente dolor.

Las Tres Leyes de la Robótica 
  1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda Leyes.

I, Robot es una película de ciencia ficción distópica producida en 2004, dirigida por Alex Proyas y protagonizada por Will Smith. Aunque se atribuye la historia a las Series de Robots de Isaac Asimov, que incluye una recopilación de cuentos del mismo nombre, Yo, robot, en realidad está basada en un guion de Jeff Vintar, titulado Hardwired.
Algunas ideas de Asimov acerca de los robots —la más importante, las Tres leyes de la robótica— fueron añadidas al guion de Vintar después de que los productores adquirieron los derechos sobre el título del libro. La película tiene también alguna semejanza con un cuento de ciencia ficción de 1939 (antes de Asimov), Yo, robot, de Eando Binder, que trata de un robot humanoide “inteligente”, quien es culpado por la muerte de su creador. 

Los robots son igual que los humanos
porque
pueden
soñar




LA DUDA (2001 ODISEA DEL ESPACIO









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