martes, 10 de julio de 2018

Diario de una chica perdida


Louise Brooks (1906 - 1985) fue una actriz y escritora estadounidense que se convirtió en una de las caras más famosas del cine mudo. Se la conoce, principalmente, por sus papeles en películas mudas durante la última mitad de la década de los años 1920 en los Estados Unidos y, sobre todo, por tres películas realizadas en Europa entre los años 1929 y 1930.
En una carrera cinematográfica que comenzó en 1925 y terminó en 1938, hizo 24 películas, dos de las cuales han sido consideradas por la revista The New Yorker como obras maestras:1​ La caja de Pandora y The Diary of a Lost Girl, ambas realizadas en Berlín por el director alemán Georg Wilhelm Pabst.

Su corte de cabello es el rasgo más distintivo de su imagen, la cual inspiraría incluso personajes de historieta, como la célebre Valentina (1965).

El caso de Louise Brooks es único. Su paso por el cine silente norteamericano fue breve (1925-28) y nunca se consagró como una de sus grandes estrellas (Gloria Swanson, Mary Pickford, Greta Garbo). En realidad, debía conformarse con los papeles que Clara Bow, la verdadera diva de Famous PlayersLasky Co./Paramount, rechazaba. En 1928, en plena transición al sonoro, abandonó el escenario hollywoodiense y cruzó el Atlántico para realizar un film en Alemania con Georg W. Pabst. Terminó realizando tres películas europeas, todas mudas. Este inusual viaje a la inversa, junto con su negativa a regresar a Hollywood para sonorizar uno de sus films, destrozó su carrera norteamericana. Estaba en la lista negra. Y su castigo fue ejemplar: sus pocas apariciones sonoras fueron insignificantes y en producciones B. En 1940 abandonó Hollywood y en 1946 era dependienta en unos grandes almacenes. Brooksie fue una perdedora (¿o una ganadora?), una anti-star, y al público, a la larga, le encantan las personalidades que desdeñan el camino trillado. Desde hace décadas Brooks se ha convertido en objeto de culto. Su fama es muy superior a la de aquellas grandes luminarias del mudo (y a la de muchas del sonoro). Más importante aún: sus películas circulan sin cesar. Ahora bien, ¿qué factores han influido en esta operación? La presente comunicación propone un análisis de esta fama extemporánea de Brooks, donde deben contemplarse numerosas causas: su rostro extremadamente moderno, su rebeldía y el descubrimiento de sus films a mediados de los años 50 por prestigiosos especialistas cinematográficos. No obstante, en esta ascensión al mito, a la leyenda y a la inmortalidad, existe un factor decisivo: Brooks se reveló como una escritora excepcional. Sus ensayos sobre cine, sobre el cine de su época, donde éste es analizado por alguien que estuvo dentro, constituyen un caso anómalo y extraordinario.
Con una carrera cinematográfica tan breve, cabría preguntarse por qué Louise Brooks es un icono y se ha convertido en un mito de la historia del cine. Repárese, por ejemplo, en la opinión del director George Cukor: «¿Louise Brooks? ¿A qué viene hablar tanto de Louise? No era nadie. No fue nadie en el cine. ¿Qué es todo este revuelo. El estrellato cinematográfico de Louise Brooks es totalmente extemporáneo, ya que se produjo décadas después de que hubiera finalizado su carrera como actriz. El origen del proceso de mitificación y conversión en leyenda se sitúa a partir de mediados de los años 50 y, con mayor énfasis, hacia mediados y finales de los años 60 del siglo XX.


En 1940 dejó Hollywood para siempre y se trasladó con su familia a Wichita, en el estado de Kansas, donde permaneció tres años incapaz de ganarse la vida por sí misma. En 1943 volvió a Nueva York y encontró un empleo en la cadena de radio CBS, pero le duró seis meses. Tras varias ocupaciones esporádicas más, desde 1946 y hasta 1948 trabajó en los grandes almacenes Saks como dependienta, con el resultado de que la mayoría de sus amistades le dieron la espalda.


La propuesta más seria y acreditada para escribir sus memorias se produjo a finales de los años 70, por parte del importante editor Alfred A. Knopf. Sin embargo, en esas fechas Brooks estaba demasiado enferma para acometer una empresa de tal envergadura.
Surgió así Lulu in Hollywood, libro que consistiría en una recopilación de algunos de sus artículos más importantes, pero que se distribuiría como su autobiografía. La razón de esta última cuestión era que, aunque ella había estado escribiendo sobre personalidades del cine, al mismo tiempo en los textos narraba su propia vida. 


Quizás, si la historia se hubiera desarrollado sólo hasta aquí, Brooks ya habría recuperado su estrellato perdido. No obstante, su trascendencia va más allá, puesto que se ha convertido en mito y objeto del culto del séptimo arte. Lo que desde luego nadie esperaba es que esa belleza perdida de los años 20 supiera escribir, lo hiciera de forma excepcionalmente lúcida y comenzara a publicar artículos como analítica del cine en prestigiosas revistas internacionales. Éste fue el hecho más importante que marcó su carácter distintivo frente a cualquier otra estrella cinematográfica: sus escritos sobre cine. Con ello Brooks se ganó el respeto y la admiración de millones de personas, a las que poco les importan las inexactitudes históricas de sus textos.
Se explica así el culto a Brooks, su conversión en icono y leyenda de la historia del cine, aclamada por multitud de fans y seguidores, que, como ella misma advirtió, en la mayoría de casos ni siquiera han visto sus películas.


LOUISE BROOKS: LA CREACIÓN DEL ESTRELLATO
CINEMATOGRÁFICO EXTEMPORÁNEO A TRAVÉS DE LOS PROPIOS
ESCRITOS SOBRE CINE
Carmen Guiralt Gomar           


                                             




Tras vivir muchos años sola, murió el 8 de agosto de 1985 de un ataque al corazón, a la edad de 78 años, después de haber sufrido de artritis y enfisema durante sus últimos años.




No hay comentarios: