sábado, 28 de septiembre de 2013

Entre mis maestros

Enseñando ballet era todo un carácter, hubiera sido un ruso genial.

Su escuela estaba al lado de una tienda Singer de máquinas de coser. Yo me deslizaba durante el turno de noche, hacia las ocho, dentro de la pequeña portería de Mayor de Gracia, y subía las escaleras hacia las aulas sin poder evitar el pensamiento de que Isadora Duncan convivió y tuvo un hijo con Isaac Merritt Singer, el creador y propietario de esa gran red de tramas y urdimbres mecánicas, la Singer Sewing Machine Company.
A los 15 años, me había impresionado la película de Karel Reisz, Isadora.
Gracias a la fortuna de Singer, Isadora construyó una gran escuela de danza y vida para niñas pobres, que aún perdura.



Unos recuerdos para/de: 
Joan Tena



Joan Tena, coreógrafo y bailarín

Fue un gran innovador de la danza en la década de 1950












A la edad de 14 años se inició en la danza clásica con el maestro Joan Magriñà, si bien su profesora y gran amiga fue la mítica maestra rusa afincada en la capital catalana Maria Goubonina -la célebre "Madame Noreg"-. Joan Tena fue uno de los pioneros en Cataluña en introducir el dodecafonismo en la danza. Su fama se inicia en 1952 cuando, con la ayuda de un mecenas privado, forma el Ballet Joan Tena. La compañía que se presenta en el teatro Calderón de Barcelona tiene el apoyo de un grupo de intelectuales que Tena consigue reunir en su entorno: Antoni Tàpies, Joan Brossa, Joan Josep Tharrats, Josep Guinovart, Ramon Trabal Altés, Josep Maria Mestres Quadreny y Xavier Montsalvatge, son algunos de los artistas.
El repertorio de la compañía de Joan Tena estaba formado por coreografías en su mayoría de su director. Entre ellas destacaban La Rambla, con música de Joan Comellas; Carnaval, de Schumann; Suite abstracta y El Mandarín maravilloso, de Béla Bartók, con decorados de Josep Tharrats. En esta compañía bailaban el propio Joan Tena y Antonio Mullor, Pilar Llorens, Consol Villaubí y Maruja Blanco.
El Ballet Joan Tena realizó giras por Cataluña, Suiza y por el resto del Estado en el marco de la programación de los Festivales de España. En 1957 se disuelve la compañía y nace el Ballet de Cambra integrado por un reducido número de bailarines. Su repertorio incluye Barcelona blue,de Montsalvatge; Allegro bárbaro, de Béla Bartók, y L'ocell blau, de Chaikovski, entre otros.
En el año 1979, paralelamente a su condición de maestro de danza, crea el grupo Joan Tena Ballet Drama. En esta etapa destacan las coreografías Madame Liuvob, Cantigas de Alfonso X el Sabio y La hipocresía de Dios, en memoria de Nijinski. Más adelante crea un grupo nuevo para el que coreografía Campanades a mort y El meu amic el mar, ambas con música de Lluís Llach.
Junto a su trabajo de coreógrafo y bailarín hay que destacar su disciplinado trabajo como maestro de baile. En su carismático estudio del barrio de Gràcia de Barcelona, rodeado de recuerdos, daba sus clases. Joan Tena nos enseñó a apasionarnos por la danza. No quería espejos en sus clases: el baile hay que sentirlo en el cuerpo, gritaba, agitando su bastón. En sus clases siempre hubo un piano. No quería la música grabada. Interrogaba a sus alumnos sobre música, literatura y teatro. Joan Tena quería que sus discípulos tuvieran curiosidad por las otras artes. Los domingos por la mañana nos solía llevar a los conciertos del Palau de la Música. Adoraba la música de Aram Khachaturian y murió soñando con ser director del ballet nacional catalán.

Barcelona acoge durante la Segunda Guerra Mundial a algunos bailarines y profesores de danza que han huido de la situación política de su país. Una vez aquí, ayudan a formar a otros bailarines. Entre estos alumnos hallamos por ejemplo a Joan Tena, que, como otros, compagina estas clases con las del maestro Magriñà.
Formado primero con Joan Magriñà y posteriormente con madame Noreg, y tras una primera etapa en la que trabaja en teatros del Paralelo, Joan Tena intenta sacar adelante la creación, junto a un grupo de intelectuales y artistas, de una compañía de ballet.
A partir del 1951 y con el apoyo del empresario Eduardo Tarragó, consigue presentar algunas coreografías propias en el Teatre Romea. El éxito obtenido le lleva a actuar en diversos escenarios de Cataluña, y en 1954 consigue crear finalmente el Ballet Joan Tena, que dispondrá de un espacioso local de ensayo y de recursos económicos suficientes para contratar a bailarines, escenógrafos y compositores. La formación viaja también fuera del país y actúa en Lausana, Ginebra, Lucerna y Berna.
La compañía de Tena da un paso adelante en la estética del ballet, ya que el director había tenido contactos con los bailarines y coreógrafos alemanes Harald Kreutzberg y Mary Wigman e incorpora algunas de las ideas expresionistas a este arte.

La compañía de Tena da un paso adelante en la estética del ballet, ya que el director había tenido contactos con los bailarines y coreógrafos alemanes Harald Kreutzberg y Mary Wigman e incorpora algunas de las ideas expresionistas a este arte.
La compañía se disuelve en 1957, pero el proyecto tiene continuidad con la fundación de la Escuela Joan Tena, situada en la calle Major de Gràcia, que realiza una importante actividad pedagógica y artística hasta bien entrados los años sesenta.
Durante esta década, Tena colabora con la escuela de Adrià Gual y se encarga de la coreografía de los estrenos teatrales, al tiempo que crea pequeñas piezas para su ballet de cámara, que se muestran en los festivales de fin de curso en el Teatre Romea. A mediados de los años setenta la compañía renace bajo el nombre de Ballet Drama Joan Tena. Su legado coreográfico incluye piezas como Homenatge a Petrarca, Cántigas de Alfonso X el Sabio, Madame Liubov y Campanades a mort. A lo largo de su trayectoria, Joan Tena luchó siempre para poder dotar a Cataluña de un ballet nacional.



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4 comentarios:

Pep Montella dijo...

INteresante comentario sobre el maestro, al que conocí porque mi hermana asistía a su academia. Sólo un reproche:no digas "el resto del estado". Me suena a la basura nacionalista que nos han impuesto y que ha dejado mi tierra arrasada. I si vols t'ho dic en català....

Deb dijo...

Gracias, Josep, por tu comentario.

Mariana dijo...

Gracias por el texto y el homenaje al maestro. Yo conoci la escuela y aprendi de el y otros profesores en los ochenta. No recuerdo como ocurrio pero, a pesar de haber tomado clases tan solo durante un curso de verano y ser una adolescente de 14 años, hubo una conexion inmediata que acabo rindiendo un intercambio epistolar de varios años. Me he reencontrado con sus cartas tan solo recientemente, despues de 40 años !, y me han llenado de emocion y admiracion. Me gustaria leer una autobiografia que he leido que llego a publicar. Saludos desde Granada. marianaalba@yahoo.es

Mariana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.