Un cuento de
Tolstoi sobre la vida de un preso inocente es la base del relato de Stephen
King Rita Hayworth y la redención de Shawshank, y
de la película de Frank Darabont, basada a su vez en ese
relato, que en España se tituló: Cadena
Perpetua.
Fijaos en que el preso va soltando disimuladamente la tierra en
el campo de trabajo, la que recoge por las noches después de cavar día tras día
un subterráneo desde su celda. Abajo os pongo el link del relato de Tolstoi,
donde podéis leer ese detalle; quienes hayan visto la peli lo recordarán.
También
en cómo encuentra en la prisión, al cabo de mucho tiempo, al
verdadero autor del crimen que se le atribuye a él.
El
tratamiento que Tolstoi da a su historia tiene una lectura y final diferentes.
La esperanza cristiana reclama despojarse de la identidad psicológica y física,
la hollywoodiense se centra en la libertad, igualmente conquistada con tesón y
esfuerzo, abriendo sus extraordinarios caminos, y la identidad es sustituida
fácilmente mediante signos externos: el evadido de la película toma el nombre
del canalla que dirige la presión y se queda con toda su fortuna, mientras que
en el cuento ruso, el preso asume la pena y oculta al verdadero autor del
crimen, pues los trabajos que ha emprendido hacia una auténtica libertad
"interior" ya le han revelado la naturaleza intrínseca de la culpa y
la condena, falazmente suplantadas por un código de leyes humanas.
Rita Hayworth, y las otras mujeres que van
desfilando en forma de posters por la celda de Tim Robbins, podrían representar
una iconografía religiosa que se renueva bajo otra forma en la reproducción de
esta historia. Este tema sería bastante más complicado porque también enlaza
con los signos externos sociales: por ejemplo, en el film, las bellezas de moda
sirven, además de hacer de tapadera del agujero que está excavando en la pared
de la celda, de reconocimiento de la hombría del protagonista (a quien ha
violado brutalmente otro preso matón) y en el cuento son las diferentes fases e
iniciaciones que experimenta el acusado y que acaban convirtiéndolo en un
hombre "tranquilo"...:
"En el cautiverio aprendió a hacer botas: y, con el dinero que ganó en
su nuevo oficio, compró el Libro de los mártires, que solía leer cuando
había luz en su celda. Los días festivos iba a la iglesia de la prisión, leía
el Libro de los apóstoles y cantaba en el coro. Su voz se había
conservado bastante bien. Los jefes de la prisión querían a Aksenov por su
carácter tranquilo..."
El
personaje de Morgan Freeman es también el Aksenov de Tolstoi, cuya ansia
de salir de prisión se ve diezmada a medida que pasa el tiempo. No sabiendo
como sobrevivir ya fuera de allí, ese desaprendizaje de la vida común, su
condición de inadaptado, será el trampolín hacia la búsqueda de una redención,
una vida "superior".
La idea del paso de un tiempo inabarcable, del que sólo percibimos una larga
espera, está contenida en el amor de "Tim Robbins" por la geología y
su comprensión de que esa dimensión temporal de la tierra es la verdadera y hay
que someterse a ella, análogamente a cómo sería el tiempo de Dios para el
personaje de Tolstoi.
Dios ve la verdad pero no la dice cuando quiere
[Cuento. Texto completo.]
2 comentarios:
Maravillosa reflexión sobre el cuento que inspira el relato de King me ha encantado. Enhorabuena.
Agradezco tu comentario, un abrazo, Tomás
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