jueves, 31 de enero de 2013

Soledad social



Tradicionalmente se ha visto el rito social como un código que, mediante la simbolización de valores y creencias, constituye y representa una conciencia colectiva. En realidad, creo que el rito es la conciencia, si entendemos que ésta consiste en una estructura manifiesta más compleja, e independiente de la consciencia o conocimiento que tienen los celebrantes del significado que tiene esa estructura. Si los rituales son capaces de generar vida comunitaria es porque van más allá de lo que piense, crea o interese a cada uno de los miembros de esa comunidad.




En una real, o hipotética, sociedad armónica sería así. Pero hay situaciones de anomia, que estriban, según Durkheim, en la incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad.


Reconocemos esta situación ¿verdad?
Cuando eso ocurre el rito pierde su consistencia de origen. Por ejemplo: me he encontrado varias veces con personas que en un funeral o entierro se sienten inhibidas y dicen "no saber qué decir, ni hacer en esos casos. Es normal, puesto que la muerte a muchos les puede resultar un hecho demasiado "grande" para ser expresado. Sin embargo, existen frases rituales que vienen a ayudarnos, a neutralizar los sentimientos excesivos o incluso la falta de ellos, un "te acompaño en el sentimiento"(*) debería ser suficiente para que el doliente entendiera la carga de consuelo que transmite el emisor de la frase y trazar un cierto límite temporal -un paulatino acompañamiento- ante la vida que se va.Cuando he comentado esto, al principio me miran como si estuviera hablando una "carca" presa de los formulismos, pero si seguimos hablando la conversación suele terminar en entendimiento. Esto sucede porque la conciencia que estaba en el rito, que era objetiva,  se ha desplazado a la mente de los ejecutantes, es subjetiva, individual, tendiendo a generar un efecto contrario al pretendido por el ritual.




Por ello me parece que, aunque sea para invertir los valores, como en el caso de los rituales de guerra que recrean una situación de violencia potencial en una aparente cotidianeidad de paz, el rito desprovisto de un cierto grado de correspondencia con la sociedad real tiende a crear su contrario, tiende a generar soledad.





(*) «Me sorprende que un hombre tan extraordinario haya podido morir», escribí a la viuda de unfilósofo. Sólo me di cuenta de la estupidez de mi carta tras haberla enviado. Mandarle otrahubiera sido arriesgarme a una segunda sandez. Tratándose de pésames, todo lo que no escliché raya en la inconveniencia o la aberración. (E. M. CIORAN - ESE MALDITO YO - Aveux et anathèmes - 1987)





La Soledad Sonora de Emily Dickinson


Poema 642 



Expulsarme a mí misma de mí misma, 

ojalá yo supiera. 

Son siempre inexpugnables 

las murallas de todo corazón. 



Mas, puesto que combato en contra mía, 

¿Cómo alcanzar la paz, 

de no ser subyugando 

a mi propia conciencia? 



Y somos las dos mutuo monarca, 

¿Cómo lo podré hacer, 

de no ser 

abdicando 

yo de mí?









domingo, 20 de enero de 2013

Las 4 reglas de oro del Funambulismo Levitante

Hace algún tiempo, un amigo querido me regaló este manual -cuando más lo necesitaba- extraído de una de esas raras sabidurías que a veces tenemos la suerte de vislumbrar.





Primera Regla




No mirar hacia abajo. El abismo siempre atrae. Si acaso no mirar tampoco hacia arriba. El infinito también nos chifla. Ni arriba, ni abaisho. Vista al frente. Ar.



Segunda Regla




Cuidado de no distraerse con bestezuelas, pajarracos impostores y demás alimañas alrededor nuestro. Nos hacen perder la concentración y titubear perdiendo a veces el equilibrio. Un buen escopetazo y a otra cosa.


Tercera Regla




Mucha precaución en caso de tránsito levitante nocturno. Las estrellas a veces no están donde tendrían que estar y en la oscuridad todo se puede disimular. Podemos perder el sentido de la orientación fácilmente y desandar lo andado previamente sobre el alambre.



Cuarta Regla




El secreto de un buen funambulista levitante es seguir conservando tanto el equilibrio como el íntimo e invencible convencimiento de que, sin duda, algo extraordinario ocurrirá. Tarde o temprano. En caso de que siga sin ocurrir nada, no desespere. Sobre la cuerda o levitando, el mundo allí abajo se ve pequeño y miserable. Cómico a veces. Terrible casi siempre.


viernes, 18 de enero de 2013

La Pizarnik, la Storni, Emily.








Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos.




VOY A DORMIR
Diente de flores, cofia de rocío,
manos de hierba, tu, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que gustes;
todas son buenas: bájala un poquito.

Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

Para que olvides...Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...






Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-

y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-



Sentí un funeral en mi cerebro,

los deudos iban y venían

arrastrándose -arrastrándose -hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente -

y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor -
comenzó a batir -a batir -hasta que pensé
que mi mente se volvía muda -

y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio -comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí -

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí -
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo -entonces -




Versión de Silvina Ocampo

lunes, 14 de enero de 2013

Edmund Dulac, el don ilustrativo















El desván secreto


Uns versos per a nens





Una nit bruna





Una nit bruna
va caure al mar
un raig de lluna
despistat.

A una alga llarga
va quedar enredat
quina sort amarga!,
va pensar el raig.

Un peix platejat
llampant com un llum
el va alliberar
i li va costar un munt!

El raig, molt agraït,
va convidar al peix
a la següent nit
a veure la lluna,
cóm rodona neix,
muntats sobre l'eix
d'una blanca espurna.

El peix espantat
quan arribà a l'espai
No puc respirar!
No tornaré mai!

I tant que et tornaré!
Va dir-li el bon raig
però, espera, que ve,
espera-t, que vaig!

Però que dius?
-digué el peixet-
Jo no tinc espera
Aquí, on tu vius,
jo em moro de pena.

Pero la Reina ve
i no vol que marxis,
diu que vol un peix
que emboliqui un feix
de raigs que la facin
brillar encara més.

I el peix treia fum,
plorava a la cel.la
de rajos de llum
veient des de dalt
un vaixell de vela.

L'aigua que plorava
semblava una pluja
i això va confondre
a la reina bruixa,
i tot d'una es va fondre
dins d'aquella dutxa.

I el peixet tornà
al bell fons del mar
i allà va explicar
que havia plorat
com un núvol gras,
per poder fer ploure
i després...marxar!






Deb


sábado, 12 de enero de 2013

Spleen







Hay que estar siempre ebrio. Todo está allí: es la única cuestión. Para no sentir el horrible fardo del Tiempo, que rompe vuestros hombros y os inclina hacia la tierra, hay que embriagarse sin cesar.

¿Pero de qué? De vino, de poesía o de virtud, a vuestra guisa.

Y si alguna vez, sobre las gradas de un palacio, sobre la hierba verde de un foso, en la soledad melancólica de vuestra alcoba, os despertáis, la embriaguez ya atenuada o desaparecida, pedid al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj y a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro y el reloj os responderán: "¡Es la hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos, embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o virtud, a vuestra guisa".



Tomado de Charles Baudelaire - El Spleen de París.

Traducción de Margarita Michelena