Primera
Regla
No mirar hacia abajo. El abismo siempre atrae. Si acaso no mirar tampoco hacia arriba. El infinito también nos chifla. Ni arriba, ni abaisho. Vista al frente. Ar.
Segunda
Regla
Cuidado de no distraerse con bestezuelas, pajarracos impostores y demás alimañas alrededor nuestro. Nos hacen perder la concentración y titubear perdiendo a veces el equilibrio. Un buen escopetazo y a otra cosa.
Tercera
Regla
Mucha precaución en caso de tránsito levitante nocturno. Las estrellas a veces no están donde tendrían que estar y en la oscuridad todo se puede disimular. Podemos perder el sentido de la orientación fácilmente y desandar lo andado previamente sobre el alambre.
Cuarta
Regla
El secreto de un buen funambulista levitante es seguir conservando tanto el equilibrio como el íntimo e invencible convencimiento de que, sin duda, algo extraordinario ocurrirá. Tarde o temprano. En caso de que siga sin ocurrir nada, no desespere. Sobre la cuerda o levitando, el mundo allí abajo se ve pequeño y miserable. Cómico a veces. Terrible casi siempre.
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